noches de azotea
El otro día estuve viendo tu ventana desde la azotea. Me quedé embobada pensando en cuánto me gustaría estar ahí dentro, al otro lado. Es cierto, la noche era bastante calurosa y, probablemente, yo estaba mucho más agusto disfrutando de la leve brisa un piso por encima, en la azotea. Pero no podía dejar de en pensar en cuánto me gustaría estar al otro lado de tu ventana, de tu ventana abierta de par en par para intentar que algo de esa brisa entrara.
Veía los posters en la pared, la cama desecha, la tele puesta sin que le hicieras caso. Y quería estar ahí dentro. Observaba cada centímetro del edificio, tan antiguo como atractivo, tan aparentemente frágil como apasionadamente acogedor; y en él, tu ventana, tu ventana abierta... aunque no para mí.
Así estuve, durante horas. Te ví asomarte, era ya tarde, quizá buscando un poco de fresco... Tú, sin camiseta, como siempre con aspecto relajado. Ella en pijama, con la menor ropa posible, dando vueltas de un lado a otro, con un trajín que no conseguí averiguar a qué venía por más que me esforcé...
Y os inventé una historia, y os imaginé viviendo en la parte que la ventana no me dejaba ver... Y yo quería estar allí dentro.
1 Comments:
Me has dejado sin palabras... Me ha gustado mucho el estilo del texto y lo que cuentas... No sé, me he identificado con lo que decías, aunque no ´sé si he pillado el sentido exacto de tus palabras... Un beso y que sepas que tú vales mucho y no es pasión de hermano...
By El portero, at 1:58 PM
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