muito obrigado
Esta preciosa playa en la que no podría ocurrir, sin duda, nada malo, está en un lugar llamado Recife, en la provincia brasileña de Pernambuco, un sitio de cuya existencia tuve conocimiento el pasado fin de semana. Vale, soy una inculta en lo que ha geografía americana se refiere, lo confieso... tampoco una puede saber de todo, ¿no? La cuestión, y lo que quería contar en definitiva, es mi reciente y totalmente circunstancial acercamiento a Brasil. Lo más cerca que yo había estado de su cultura es bebiendo caipirinha en alguna fiesta con mis amigas (bebida de la que somos bastante fans), o viendo algún que otro gol (o anuncio de televisión, que, oye, también son un poco arte) de Ronaldinho. Pues a lo que iba. El sábado quedé para cenar con unos amigos que hacía tiempo que no veíamos y, para tal insigne cita, escogimos un lugar que estuviera a la altura, La cigala de oro (perdón por la publicidad pero los de Sevilla sabréis a qué me refiero). La noche empezó exótica desde el principio; nada más llegar una chica con una indumentaria indescriptible asociada a algún animal de sangre fría (reptiles para más señas), nos deleitó con una exhibición de 'miraquelejossoycapazdetirarelchiclequeestoymasticando', deporte castizo donde los haya. Después, disfrutamos de los suculentos manjares que degustaban un grupo de jóvenes orientales, con botellas de casera de naranja incluidas. Pero lo mejor de la noche estaría aún por llegar. Sin saber aún como, acabamos en el piso de una amiga en una fiesta con brasileños / as, y la verdad es que fue toda una experiencia. Yo soy un poco curiosa... cotilla podríamos decir, y me encanta conocer a gente de otros países y demás... pero la verdad es que me decepciona un poco ver que los tópicos se cumplen. Me explico. Durante la fiesta, hablé con ellos de fútbol y carnaval, y ellas me enseñaron algunos pasos de samba. Topicazo pero cierto. Resulta que, cuando llegaron a España, fueron a ver una corrida de toros... Por favor! Y, como no, el tío más bueno de los brasileño acabó enrollado con la tía más buena de las brasileñas, ¿no?? ¿en serio?? Pues sí. En fin, a mí al menos me sirvió para aprender un poco más sobre la cultura de este país y que me quedaran ganas para, al día siguiente, ver el Brasil-Australia del Mundial... (aunque yo iba con Australia que me parecían mucho más atractivos). Total, que ahora Pernambuco ha dejado de ser ese sitio ficticio que usaba para expresar algo que está lejos y se ha convertido en algo real, tanto (o tan poco), como una playa como la de la foto.
1 Comments:
¿Pernambuco existe? Lo que se entera uno en plena crisis I need Holiday mirando esa playa que incita a todos menos al trabajo. Sabes, querida hermana, que me arrepiento más que nunca en la vida de no haber ido a esa cena a la que, por cierto, me invitaste... A mi los tópicos no me importan cuando prima ante todo las "interrelaciones culturales"...
By El portero, at 4:35 AM
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