fenómeno fans I
Entre tanto hablar y escuchar música, entre tantos impulsos musicales como estoy recibiendo, y tremendamente influenciada por la falta de pudor de Nick Hornby al hablar de lo que podría considerarse sus 'debilidades musicales', comienzo esta serie que conseguirá sacarme los colores, incluso de algunos dejeis de hablarme/leerme... pero en fin, todo esto también ha formado parte de mi vida y, aunque he intentado olvidarlo durante años, la madurez nos da cierta perspectiva para entender que, a cierta edad, todos todos todos (todas todas todas) hemos caído en este tipo de tentaciones.
A mediados de los ochenta, el productor musical Maurice Starr decide montar un grupo de chicos blancos que hagan lo mismo que los grupos melódicos de chicos, mayoritariamente de color, durante los años 60 y siguientes, véase cantar empalagosas canciones de amor que encandilen a la población femenina. Dos décadas después, para que eso funcionara, no podían hacer sólo baladas y contar solo con una barroca producción de pop americano. Tenían que ponerle un poco de ritmo, un poco de descaro (incluso pretendida y manufacturada irreverencia), debían tener diferentes personalidades y estilos, porque ahora las chicas ya no eran todas iguales, y, por supuesto, debían bailar (el break no era obviable bajo ningún concepto). Con todos esos ingredientes, Starr creó la primera boyband tal y como las conocemos. Sentó las bases que muchos, muchos, con más o menos éxito, intentaron copiar posteriormente.
El germen fue Donnie Wahlberg, un joven amante de la música de su tiempo y su lugar (el rap) que con tan sólo 15 años empezó a reclutar entre sus amigos a posibles candidatos para el grupo, empezando por su hermano Mark (sí, el que estaba este año nominado al Óscar por Infiltrados), y aunque lo dejó antes de grabar incluso el primer disco, siempre estuvo vinculado a la banda. La formación finalmente se completó con los hermanos Knight, Jordan y Jonathan, curtidos en coros de iglesia durante su infancia, Danny Wood, el del breakdance (por supuesto), y Joe McIntyre, el rubito de ojos claros. Ellos eran New Kids on the Block, a partir de ahora para abreviar NKOTB, directamente desde Boston al corazón de miles de preadolescentes de todo el mundo.
Sus dos primeros discos (un homónimo de 1986, y Hangin' Tough de 1988) pasaron bastante desapercibidos y no fue hasta la edición de Step by Step, en 1990, cuando les llegó el mayor éxito mundial. Grandes giras, multiventas, todo tipo de merchandising... hasta una serie de dibujos animados tuvieron. Sin duda, rentable.
En plena cumbre deciden separarse, agotamiento, desgaste, demasiada presión... Para volver un par de años más tarde, ya sin Maurice Starr y con su disco adulto, el último de su carrera como grupo, Face the music (1994).
A mí todo esto me pilló con once años, sin haber descubierto todavía que mi cuerpo podía producir hormonas ante la influencia masculina, y con un incipiente interés por la música que iba in crescendo. Y claro, inevitablemente, caí en la red, igual que todas mis amigas por aquel momento. Y no concebíamos una quedada sin pegarnos cual babosas (y eso llegó a ser literal) a la pantalla del televisor viendo sus vídeos. Ahora, muchos años más tarde, no les encuentro atractivos, ni siquiera hacen un estilo de música que escuche, o haya seguido escuchando, habitualmente, pero no deja de resultarme curioso volver a oirles y verles, y recordar cómo éramos en esa época. Supongo que debería avergonzarme... pero ya no.
El momento
4 Comments:
Recuerdo que una vez salté de la cama sólo al escuchar en la tele el nombre de mi ídolo de preadolescencia, adolescencia y casi principio de madurez. Yo iba por otros derroteros (los NKOTB me parecían un poco horteras en ese momento de cambio) y mis hormonas decidieron fijarse en un muchachito escuálido y con voz de cantante a la italiana, pero con toques flamencos. NO me arrepiento, no me avergüenzo, pero siempre pienso ¡qué tiempos aquellos!
By Cecilia, at 10:57 AM
Que grande ver tu cara pegada a la TV de 14" con esa pantalla abombada y dándole besos a estos tipos...
yo recuerdo la serie de dibujos, mucho más que su música. Nunca he sido muy fan de las boybands, pero hay que reconocerles el mérito. Creo que lo mejor que nos han dejado todas y cada una de ellas, son las entrevistas a las (generalmente las) fans de ellos cuando venían a España, como pudimos ver el otro día en la sección de Miky Nadal en Sé lo que hicísteis la última Semana. Si no lo has visto, deberías echarle un vistazo porque no tiene desperdicio.
By Mambotaxi, at 4:05 AM
No te preocupes por lo de ser fan de este grupo...yo puedo decirte algunos HOY que te parecería vergonzantes, pero no me sacan los colores.
Por ejemplo, lo flipo con Paulina, ¿qué pasa?.
Lo que sí he conseguido con el tiempo es deshacerme de lo que yo considero pura morralla: Manolo García (que siempre hace lo mismo) o la megaestrellada de Jarabe de Palo. Grupos así, que se labraron un futuro con un single de éxito y que luego quedaron en usar y tirar.
Por cierto, te propongo una reflexión. Estoy pensando que hay cantantes que salen y por su originalidad, por su actitud...tienen éxito. El problema es que esa originalidad pronto se acaba. La gente se acostumbra y pasan a otro epicentro de "transgresión".
Madonna tiene la misma voz que antes (o casi) pero lo cambia todo. ¿Crees que esa es la clave? ¿Con qué nos sorprenderá Mónica Naranjo esta vez? ¿Qué hace falta para lograr la longevidad en la carrera de un cantante? ¿Por qué Julio Iglesias? ¿Carisma?
By elbuenaviador, at 1:50 AM
producto, querido aviador... como diría el implacable Risto, producto es lo que tienen Madonna o Julio Iglesias, algo que trasciende lo musical (que incluso hace que sea totalmente secundario... ¿julio iglesias canta?)
En un fenómeno de estas características se vende imagen, transgresión, morbo sobre ocultar la vida personal... o enseñar sólo lo justito (véase mr. Bosé recientemente, por ejemplo)
En fin... ¿hablábamos de música?
By la loca de la casa, at 10:38 AM
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